Los pies de los bailarines

Las zapatillas de punta, en contra de lo que pueda pensarse, no son una agresión adicional sino una protección. Son la manera menos agresiva de que un pie se arme sobre su punta para sostener todo el peso corporal.

El bailarín de ballet, independientemente de la disciplina que desarrolle dentro de éste, protagoniza una exigencia física completamente equiparable a la de cualquier deportista de élite, en ocasiones aún mayor.  Las estructuras del aparato musculoesquelético son exigidas y sometidas a una gran demanda.

El punto de contacto con el suelo, los pies, reciben las máximas presiones e impacto, en distintos puntos, tanto en los despegues, como las recepciones de salto, como durante los equilibrios.

Ambos, hombres y mujeres, experimentan algunas dificultades con la estética de sus pies cuando los muestran, por supuesto, pero esto no deja de ser un “gaje del oficio”, equiparable a tantas otras deformidades características en las distintas disciplinas deportivas.

¿A qué se debe?

Las hiperqueratosis (vulgarmente llamados callosidades), son la respuesta a la presión y el roce continuado sobre determinadas superficies de la piel. Hay algunas zonas especialmente características, como el lateral del primer dedo del pie, las articulaciones interfalángicas de los dedos, las almohadillas plantares, o el lateral del quinto dedo. Estas llegan en ocasiones a crecer tanto, que el pie se deforma visualmente en gran medida.

Este conjunto de demandas y agresiones sobre el pie del bailarín, deriva en una serie de adaptaciones que vemos de forma casi constante en todos ellos.

Esto ocurre indistintamente en hombres y en mujeres, aunque los puntos de presión en los pies de las bailarinas que trabajan sobre la zapatilla de punta son muchas veces muy remarcados y muy característicos.

Foto: Jota Aragonesa del Ballet de Igor Moiseyev

¿Puede causar problemas?

Las características concretas de cada pie hacen que estas presiones y sus problemas subsecuentes, sean de mayor o menor envergadura. Esto deriva en que hablemos de una simple adaptación del pie a la sobresolicitación, sin repercusión patológica, que puede producir alguna molestia sin más, hasta que hablemos de auténticas patologías que obligan en ocasiones a parar o abandonar la actividad.

Escrito por el Dr. D. Ricardo Casal Grau
Unidades integrales de Miembro inferior y Miembro superior y Unidad integral de Raquis
Cirugía Artroscópica, endoscópica y tenoscopia
Cirugía Ortopédica y Traumatología
General, Deportiva y del Ballet

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